¿Qué es y cómo se forma la autoestima?

¿Cuántas veces has escuchado la frase de “qué poco te quieres” o “soy muy inseguro”? Seguro que conoces a alguien cercano que al estar en pareja ha permanecido ahí a pesar de que la otra persona en este dúo lo/a estaba tratando mal. O quizás te ha pasado a ti. Todo esto está relacionado con la autoestima.

ANTES DE COMENZAR, ¿QUÉ ES EL AUTOCONCEPTO?

Para hablar de autoestima, es necesario hablar primero de autoconcepto. Es muy común que los conceptos de autoestima y autoconcepto se confundan, por lo que vamos a diferenciar uno de otro. En primer lugar, llamamos autoncepto a la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as, es decir, de lo que pensamos y creemos que nos define. Aquí se engloban las características físicas, psicológicas, emocionales…, que nos ayudan a conformar esa imagen del “Yo”, y va formándose a lo largo de la vida.

Por ejemplo: “yo creo que soy inteligente, trabajadora, patosa, descuidada y decidida”. Estas son las cualidades que a mí me definen como persona, por lo que estas formarían parte de mi autoconcepto.

¿EN QUÉ SE DIFERENCIA EL AUTOCONCEPTO DE LA AUTOESTIMA?

La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros/as mismos/as en función de nuestro autoconcepto; o dicho de otro modo: la valoración de nuestro autoconcepto. Imaginemos que valoramos de forma positiva nuestro autoconcepto: ser “inteligente, trabajadora, patosa, descuidada y decidida”. Nos encontramos entonces que como para mí esto es bueno, voy a tener una buena autoestima. Por el contrario, vamos a suponer que en casa, en mi familia de origen, ser “patosa y descuidada” es algo que no está bien visto. De hecho, es algo que tiene mucho más peso que el ser “trabajadora, inteligente y decidida”, y por tanto yo interiorizo esa valoración. Mi autoestima entonces será baja y la valoración que haré de mi misma puede ser más negativa.

¿CÓMO SE FORMA LA AUTOESTIMA?

Ésta depende de las diferentes experiencias vitales que cada uno/a tiene.

La autoestima es un constructo que se va desarrollando a lo largo de la vida. Ésta varía en función de las circunstancias y la etapa vital en la que nos encontremos. Veámoslo detenidamente a continuación.

La autoestima en las diferentes etapas vitales

• En la infancia, nos encontramos con que somos seres diferentes unos de otros y, en consecuencia, hay personas que nos aceptan y otras que nos rechazan. El lugar más importante en esta primera etapa vital donde necesitamos sentirnos aceptados es en la familia, seguida por el colegio. En función de las experiencias de aceptación o de rechazo que tenemos a edades tempranas, empezamos a tener una idea y un valor sobre lo que somos.

• La adolescencia es el punto de inflexión en la transición hacia la vida adulta. Los cambios personales y en el medio que tienen lugar en esta etapa, pueden hacer de ella un momento crítico. Por tanto, la autoestima en este período es muy importante para forjar la identidad del adolescente. Veamos por qué. En este momento, los/as niños/as pasan de la dependencia de su familia a una mayor independencia, para lo cual han de confiar en sí mismos/as. Para ello, necesitan saber qué recursos tienen, cómo son y poder contar con un grupo de iguales semejante a sus características. Si durante la primera infancia la persona ha podido desarrollar una buena autoestima, esta etapa será más fácil de superar. Por el contrario, si el/la adolescente se siente poco valioso/a, puede correr el riesgo de buscar la seguridad que no ha tenido a través de conductas poco adecuadas donde obtiene una recompensa inmediata.

Vida adulta

En función de todo esto, cuando llegamos a la etapa adulta podemos encontrarnos con adultos seguros y otros que no lo son tanto. Por este motivo, es muy importante esta valoración que hacemos de nosotros/as mismos/as, ya que parte de nuestros logros y potencial personal en la vida adulta dependen de ella. Si me siento bien conmigo misma, me quiero y me tengo autocompasión, es probable que pueda ser capaz de enfrentarme a retos y responsabilidades de una manera eficaz. Por otra parte, si el concepto que tengo de mi misma es que valgo poco, que no soy capaz y dejo el que me quieran a los demás, me estoy autosaboteando y limitando.

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