Aprende a poner límites

ana-serrano-psicóloga-online-madrid-límites

¿Cuántas veces te ha pasado que no has estado de acuerdo con algo o alguien y no has podido expresarlo? ¿O alguna vez has tratado de decir no, pero te daba miedo y finalmente no lo has hecho? Poner límites no es fácil.

¿QUÉ SON LOS LÍMITES EMOCIONALES?

Los límites tienen una función reguladora muy importante de cara al autocuidado y respeto hacia nosotras mismas. Al igual que los límites físicos nos ayudan a delimitar un camino y nos indican por dónde ir y por dónde no, los límites emocionales tendrían una función parecida. Por ejemplo: si a mi me hace sentir incómoda el quedar con mucha gente, establecer un límite para no estar con muchas personas a la vez, va a protegerme sobre el malestar que esa situación pueda generarme.

Los límites sirven para proteger nuestras necesidades. Por esto, una de las bases más importantes es saber qué necesitas para poder pedirlo y establecer esas líneas para cuidarte.

ana-serrano-psicóloga-online-madrid-límites

¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PONER LÍMITES?

La dificultad en el establecimiento de límites puede estar determinada por varios factores:

  • Estilo de crianza. El cómo tu madre, padre o figura de referencia hayan actuado entre ellxs, contigo o tus hermanxs; cómo te hayan enseñado a identificar necesidades propias y cómo te haya enseñado cubrirlas, va a estar relacionado con esa dificultad que puedas tener con respecto al establecimiento de tus normas y límites. Cuanta más seguridad sientes de niña y adolescente, más facilidad habrá para establecer qué quieres y necesitas y qué no.
  • Evitar conflicto. Si una persona opina diferente a mi, el callarme y no establecer límites va a suponer que no se genere un conflicto de opiniones.
  • Miedo al rechazo. Si mi aprendizaje vital, conformado de experiencias familiares y sociales, me ha ido enseñando que poner límites es malo, bien porque se enfadan conmigo o bien porque me invalidan emocionalmente, el tener que expresar lo que necesito va a generarme miedo por si no aceptan lo que digo.
  • Género. Una parte importante es saber cómo el género ha influido en todo esto. Llamamos género a eso que se espera de nosotras en relación con nuestro sexo. Aunque la sociedad presiona tanto a hombres como a mujeres, ser mujer ha estado siempre asociado a ser buena; lo que implica obedecer, seguir las normas, complacer, aguantar, estar ahí para los demás, etc. El poner un límite, implica desobedecer todo este mandato y por tanto, salirnos de lo que la sociedad espera de nosotras, lo que va a generarnos culpa y miedo al rechazo anteriormente comentado.

¿CÓMO ESTABLECER MIS LÍMITES?

Antes de pasar a ver los pasos uno por uno, recordarte que tienes derecho a cuidarte, a expresar lo que sientes y a pedir lo que necesitas. Eso no te hace egoísta o mala persona por muchas experiencias que hayas tenido que te hagan creer lo contrario.

ana-serrano-psicóloga-online-madrid-límites
  1.  Identifica tus emociones. Saber qué sientes con respecto a una situación determinada, va a permitir que puedas saber qué necesitas con respecto a eso que sientes.
  2. Acepta lo que sientes. No trates de cambiarlo: si lo sientes, es real. No eres tú la que tienes que adaptarte a la situación olvidando tus sentimientos.
  3. Establece los límites contigo misma. Saber qué sientes, es importante para que luego puedas identificar qué necesitas. Si te saltas el paso de conocer tus límites propios, te será muy difícil poder ponérselos a los demás.
  4. Respeta los límites de los demás. Al igual que tú necesitas establecer ciertas normas, los demás también. Respeta eso para poder pedir ese mismo respeto hacia ti misma.
  5. Comunicación asertiva. El poder expresar todo lo que necesites de manera clara, abierta y respetuosa para los demás, será la clave para establecer límites de manera adecuada.
  6. Date un tiempo. El aprender a poner límites, es un aprendizaje progresivo, por lo que no te preocupes si hay ocasiones en las que no lo consigues. ¿A que no aprendiste a leer en un día? Sé compasiva con lo que no logras y siéntete orgullosa de lo que sí estás haciendo.
  7. Suelta lo que no es tuyo. Habrá veces, que aun estableciendo límites, los demás pueden no respetarlo. Es importante que sepas, que eso no es tu responsabilidad; depende de la otra persona. Mantén los límites que necesites y si necesitas poner más para sentirte respetada, adelante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *