¿Qué es la ansiedad?

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Las personas que sufren de ansiedad saben bien qué es esto. Este “monstruo” que en ocasiones no nos deja hacer nuestra vida con normalidad y con el que tenemos que lidiar.

La ansiedad es una respuesta que se produce cuando estamos ante una situación que es percibida como amenazante. Ante esa situación de amenaza, ocurre una respuesta: la respuesta de ansiedad, que tiene unas consecuencias. Lo que esto viene a decir es que cuando interpretamos un hecho como amenazante, se activa una señal de peligro que se anticipa al acontecimiento y nos permite defendernos. Esta respuesta puede ser motora (p.e. huir), cognitiva (p.e. preocupación recurrente) o psicofisiológica (p.e. sudoración), y es lo que se denomina ansiedad. Si quieres conocer más en profundidad las respuestas de ansiedad posibles, pincha aquí.

Veámoslo más claro en un ejemplo:

Laura es una persona la cual se pone nerviosa para los exámenes. En cinco días, tiene uno y no para de pensar en éste. Cuanto más se acerca la fecha, más nerviosa se pone, temblándole las manos, acelerándose sus pulsaciones, sudando y sin parar de pensar en este hecho. 

Analicemos lo que sucede. Ante un hecho percibido como amenazante (el examen), Laura pone en marcha un mecanismo de alarma (sudoración, preocupación, aumento del ritmo cardiaco) anticipatorio ante esta situación (la ansiedad). La consecuencia inmediata es rebajar su miedo al examen a través de la puesta en marcha de estos mecanismos.

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La ansiedad puede ser normal o patológica.

Es importante hacer una diferenciación entre lo que se considera ansiedad normal y patológica, ya que tener ansiedad en cierta medida es bueno porque nos prepara para la acción y puede aumentar nuestro rendimiento ante determinadas circunstancias. Ahora bien, la ansiedad que causa problemas es la patológica o desadaptativa, ya que es una reacción excesiva y desproporcionada en relación con las demandas de la situación y que interfiere con nuestra vida diaria, produciéndonos malestar. Esta última es la que puede derivar en trastorno de ansiedad si se mantiene en el tiempo y si los síntomas son excesivos.

Estos son algunos de los Trastornos de ansiedad:

Aunque hay muchos, no voy a nombrarlos todos. La utilidad del diagnóstico es simplemente para poder tratar cada problema de manera adecuada y no para ponernos la etiqueta de lo que nos pasa. Simplemente por conocer algunos de ellos, nos podemos encontrar con:

  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de ansiedad por separación.
  • Mutismo selectivo.
  • Fobias
  • Trastorno de pánico
  • Agorafobia
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.
  • Etc.

Lo importante aquí es saber qué es lo que provoca la respuesta de ansiedad para poder tratar y enfocar el tratamiento de manera adecuada.

¿Puede la ansiedad pasar de ser normal a patológica?

En efecto. De hecho, es una de las cosas que suelo explicar a mis pacientes. A veces, es desconcertante ver cómo algo que causa malestar, les ayuda a defenderse y/o protegerse. Para entenderlo mejor, voy a explicarlo a través de un caso de agorafobia (miedo a sufrir ataques en la calle y no pueda recibir ayuda, saliendo cada vez menos de casa).

Una persona sale de trabajar y coge el metro para volver a casa. De repente, escucha como el metro comienza a hacer ruidos extraños y se asusta. Entonces, empieza a notar como su corazón se acelera, comienza a sudar y está tenso. La respuesta que lleva a cabo esta persona es bajar del metro en la siguiente parada, lo cual hace que estos síntomas desaparezcan minutos después. Lo que aparentemente ha sucedido aquí es que ante una situación de amenaza, nuestro cuerpo se ha movilizado para la huida. En este caso, podemos ver como la ansiedad ha sido adaptativa porque podía haber ocurrido algo, y gracias a las respuestas fisiológicas puestas en marcha, se huido de la situación.

¿Cuándo es entonces desadaptativa?

Imagina que la activación fisiológica se manifiesta cada vez que montamos en metro. Esto nos puede llevar a que realicemos la conducta de escape que anteriormente nos funcionó. Cuando esta respuesta aparece repetidamente, deja de ser funcional. Lo que sucede es que se generaliza y se repite en otras situaciones donde no hay peligro aparente. Nos encontramos pues, con que la ansiedad aquí no está siendo de ayuda, ya que no hay peligro y nos provoca malestar. Además de esto, puede ser que pongamos en marcha la conducta de escape que anteriormente funcionó, reforzando el problema.

Lo que sucede aquí es que la evitación de la situación es lo que mantiene el problema, ya que así se elimina la ansiedad que se siente en el momento. El fallo de este mecanismo es que funciona a corto plazo, pero a largo plazo hace que este problema se mantenga e incluso que pueda incrementarse.

En el resto de trastornos de ansiedad sucedería lo mismo, ya que el mecanismo de funcionamiento es similar (salvo en el Trastorno de Ansiedad Generalizada), pero varían los estímulos temidos. Es por esto que es muy importante que cuando notemos que esta ansiedad interfiere de manera notable en nuestro día a día y además nos provoque malestar, busquemos la ayuda necesaria para poder superarlo y tener mayor calidad de vida.

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